Somos bailaoras y cantaoras orgullosamente mexicanas. Somos flamencas por gracia y misterio del duende, somos a través de la soleá, de la alegría, de esos tangos que te agitanan y te llevan hasta la India, sin que te olvides de la Alhambra y de ese velero que espera en Cádiz para hacerse contigo guajira en América